Con tanto debate sobre la inseguridad nunca escuché hablar de la impresionante cantidad de “condenados libres” que hay en nuestro país.
No me refiero a prófugos de la Justicia, sino a personas condenadas penalmente a prisión pero “legalmente” dejadas libres por los mismos jueces que las condenaron.
¿Cómo es esto?
Voy a explicar aquí el principal mecanismo (de varios) que permite semejante locura, no sin terminar el artículo con una propuesta concreta en este sentido.