El «bobo» de Marcelo

Marcelo y Alejandra llevaban juntos 32 años. Se habían conocido en la Universidad, y desde entonces habían forjado una linda familia con dos hijos, Sebastián y Agustina. Por esas cosas de la vida, no se habían casado. En parte porque habían empezado a convivir bastante rápido, en su momento más por ahorrar un alquiler que por otra cosa. En parte porque los gastos del pequeño Sebastián, que llegó sin aviso, impedía afrontar los enormes costos de una fiesta. Y en parte, en definitiva, porque “los papeles” no hacen la diferencia. Ellos estaban bien, los chicos estaban bien y eso era lo importante.

Pertenecían a la muy imprecisa “clase media”. Vivían en un cómodo departamento de cuatro ambientes, tenían un lindo auto y Marcelo contaba con un trabajo bueno y relativamente estable.

El peor momento que había vivido la familia en los últimos años fue cuando poco tiempo atrás Marcelo tuvo un infarto que casi lo pasa a mejor vida, aunque el destino le reservó una segunda oportunidad. Con 57 años, fumando medio atado de cigarrillos por día, amante de los asados, con cierta tendencia al estrés y olvidado de la actividad física, pertenecía claramente a un grupo de riesgo y el lo sabía. Como sabía que no tomar alcohol no cambiaba mucho las cosas, salvo para intentar una infantil defensa cuando Alejandra o los chicos lo retaban porque no se cuidaba. Pero después de todo, el incidente había pasado y él parecía estar bien. Un día que se había hecho un hueco para tomar un café con uno de sus dos mejores amigos, comenzaron a hablar de “bueyes perdidos” y derivaron en un diálogo que terminaría influyendo en la vida de todos los miembros de la familia. Su amigo se llamaba Eduardo y en cierto momento le pregunta:

 

– Che, como andás del “bobo”?

– Bien, qué se yo…tampoco quiero andar haciendo un drama de eso ni preocupar a Ale y los chicos. Me canso un poco a veces y me agarro alguna que otra calentura pero todo bien…ya pasó

– No seas gil! Parece que no le das bolilla pero es grave, te cuidás un poco más ahora?

– Y si. Renuncié a las chicas de 20

– Dale loco, en serio. Vos te hacés el macho pero estas cosas aparecen de la nada. No quiero ser dramático pero pensaste en acomodar las cosas por si te morís?

– Ya me querés matar? Qué querés que acomode? El cajón? Si me muero no tengo nada que acomodar

– Para un cachito! Podemos hablar en serio? Si esto no lo hablás con un amigo no lo hablás con nadie. Me vas a dar escuchar un minuto?

– Dale, a ver…

– Pensaste en cómo va a quedar tu familia si pasás a mejor vida?

– Qué se yo? Supongo que mis hijos me llorarán un poco…espero.Y después seguirán con su vida. Y Alejandra la tendrá que pelear como pueda, se entretendrá con los nietos, capaz que forma pareja….qué se yo!  Mirá las cosa que estamos hablando, che!! Dejame de embromar!!

– Pará, pará, pará. Dijiste que me ibas a dar bolilla y ya tirás la toalla. Podés calmarte y hablar un poquito bien?

– Tá…dale…a ver a qué querés llegar

– Te la hago corta: la guita. La casa y el auto…, no tenés nada más, no?

– No, querés que tenga una cuenta en Suiza, ahora? Lo único que tengo es la casa y el auto

– Que pensás que va a pasar con la casa si te morís?

– Los chicos se la van a dejar a Ale hasta que se muera ella. Y después se la repartirán

– Estás seguro?

– Completamente loco! Me estás haciendo calentar! Qué familia te crees que tengo?

– Perdón, perdón!! Tenés razón! Encaré mal el tema, no me malentiendas, pero no se trata de tu familia, que es maravillosa y me consta

– Y entonces de qué se trata?

– De la vida…

– No entiendo

– Vos estás confiando en que los chicos le van a permitir vivir a Ale el resto de su vida, no es así?

– Claro! Son mis hijos y los conozco. Y ella es su madre. Cómo no voy a confiar?

– Está bien, Marcelo. No te calentés. Vamos de nuevo. Tu intención es que Ale tenga un techo el resto de sus días, no?

– Lógico. Los chicos son jóvenes, y tienen toda la vida por delante, pero ella no va a poder salir a laburar a ésta edad

– Muy bien. No te parece que tendrías que darle a Ale algo más que la confianza en que los chicos la van a dejar en la casa? No te parece que tendrías que dejarle alguna herramienta más sólida por las dudas?

– No te parece una “herramienta sólida”, como decís vos, el amor de sus hijos?

– No se trata del amor de tus hijos. Como te dije hoy, se trata de la vida y sus vueltas. De los terceros. De los yernos, las nueras, los acreedores, los amantes. Voy a ser más claro: vos no sabés que va a ser de la vida de tus hijos, y el día de mañana ellos pueden tener deudas grandes, dejar alguna amante despechada que les quiera sacar todo, pelearse entre ellos y un montón de cosas más. Y cualquiera de esas cosas puede afectar a tu jermu.

– Está bien. Tenés razón, pero no entiendo Qué querés que haga? No puedo proteger a Ale de todo el mundo!

– No, no, no. Simplemente se trata de mejorar todo lo posible su posición. No te parece que cualquier decisión en ese sentido vale la pena?

– Si, es cierto. Me molesta reconocerlo pero tenés razón en eso de que puede haber situaciones en que no alcance sólo con el amor de sus hijos

– Vamos Marcelito todavía! Ahora que te está saliendo el racional oculto que tenés adentro, me permito agregar algo y no te calentés, pero se trata de defender a Ale de los terceros e incluso, en ciertas situaciones, de sus propios hijos a pesar del amor que le puedan tener

– No entiendo por qué decís eso! Por qué pensás que los chicos pueden dejar de amarla!

– No pienso eso para nada. Digo que en ciertas situaciones, aún a pesar de su amor, los chicos quizás no la puedan defender y hasta quizás deban perjudicarla

– No puedo imaginar una situación así

– Marcelo…si alguno de los chicos mañana necesita plata para operar alguno de sus hijos y puede vender la casa, no pensás que, con todo el dolor del mundo, lo va a hacer aunque tu mujer se quede sin techo?

-…Bueno, vos también! En una situación así, Ale estaría de acuerdo…

– Cierto. Porque te puse un caso extremo. Y si te pusiera casos menos dramáticos, al menos en teoría. Y si alguno los chicos necesitara plata para evitar el remate o desalojo de su familia por deudas, o si la necesitaran para hacer “el negocio de sus vidas”, o si le salieran de garante del alquiler a un amigo y no paga, o si atropellaran alguien con el coche o si…

– Bueno, bueno, bueno. Me convenciste, pero no quiero ni pensar en eso. Qué querés que haga?

– Justamente lo que no querés hacer. Quiero que por una vez pienses en eso y vayas a ver un abogado amigo

– Dejate de embromar…

– Pará, pará. Es muy amigo mío, se dedica a éstas cosas, y si yo le digo que vas vos, no te va a cobrar. Es un tipo macanudo y muy accesible. Te va a dedicar el tiempo necesario y podés preguntarle lo que quieras… Me hacés y te hacés el favor de ir? Acá tengo el teléfono. Es un ratito. Lo llamás, arreglás un día, te perdés media horita y no te molesto más.

– Bueno dale…no se porqué “cazzo” te escucho

– Así me gusta. Tomá y llamalo que yo le aviso

– Gracias. Después te cuento

– Buenísimo. Suerte…Ah, che, si la consulta te sirve no seas ratón y llevale una botella de buen vino!

– Andá..! Me voy que ya por hoy fue suficiente…

 

Así se fueron los dos con sensaciones encontradas. Eduardo satisfecho por haber convencido al amigo, pero con una pequeña molestia interna por miedo a haber ido demasiado lejos; después de todo, quién era él para meterse en la vida de los demás? De todos modos confiaría en que a Marcelo le hubiera sido útil la charla y confiaba en que no se le fuera la poca convicción que tenía antes de ir al abogado. Por su lado, Marcelo se fue bastante perturbado, aunque con la extraña sensación que estaba haciendo lo correcto. Se sentía racionalmente agradecido a Eduardo por su genuina preocupación, aunque muy dentro suyo se sentía algo molesto por no haber sido él mismo quien pensara antes en su familia. Cómo se le había escapado? Cómo podía haber sido tan soberbio? De qué le había servido la intensa vida social que había llevado y los numerosos conflictos familiares y de los otros que había escuchado? Por un momento se le pasó por la cabeza no ir al abogado, olvidar el tema y atribuírlo a una bienintencionada paranoia de Eduardo, pero nada más. Sin embargo, se dijo a sí mismo que si no consultaba ahora no lo haría más, y como en aquellos tiempos de la adolescencia en que tomaba fuerza para acercarse a una chica, se obligó a ir a hacer la consulta.

El Dr. Pericles no parecía abogado. Agradable, en el límite mínimo de la elegancia, con una oficina razonablemente limpia, pero a la que no se le agregaba un adorno hace años. “Este tipo es un chanta o un capo”, pensaba Marcelo, descartando todo término medio. En cualquier caso, daba la sensación que se le podía hablar libremente y esperaba que le respondiera con franqueza. Fue así que tras las presentaciones de rigor, el abogado entró en tema.

 

– Bueno…lo escucho…

– No le adelantó nada Eduardo?

– Muy por arriba. Quiso ser respetuoso y dejar que Ud. se exprese, así que haga de cuenta que no sé nada

– Bien. Para ser breve, tengo una esposa y dos hijos y cómo hace un tiempito tuve un infarto medio feo, Eduardo me convenció de que lo consultara para ordenar mi patrimonio por si algún día la Parca me llama, vio cómo son estas cosas…

– Seguro. Y con la Parca no hay apelación que valga… Yendo a lo nuestro, está casado con su esposa?

– No pero estamos juntos hace 32 años, así que es lo mismo

– Lamento decirle que no

– Cómo no? Después de los cinco años de convivencia no se igualan los derechos de los concubinos con los de los esposos? No es como estar casados?

– No. Los concubinos tienen algunos derechos en ciertas situaciones muy puntuales pero no se dividen los bienes ni se heredan entre sí

– Queeé? Si yo me muero a mi mujer no le corresponde nada?

– Mientras no estén casados, nada en absoluto. En esto puedo ser contundente

– Aunque hayamos estado 32 años juntos?

– Exacto. Es irrelevante la cantidad de años. Para la ley se hereda o no se hereda. En el caso de lo concubinos, al menos hasta hoy, no se heredan

– Tampoco influye que hayamos tenido hijos?

– Tampoco

– Pero si yo siempre escuché que después de cinco años de convivencia es igual a estar casados! Se lo escuché a muchísima gente

– Mire, la gente dice tantas cosas…Dicen que hay siete mujeres por cada hombre…

– Sí, pero yo conozco algunos que están convencidísimos

– Y puede ser. Los argentinos estamos siempre muy convencidos de casi cualquier cosa. El “no sé” no es nuestro fuerte, pero bueh…así son las cosas

– Disculpe que insista, pero creo haber visto casos de personas no casadas que se murieron y su pareja siguió en la casa

– Puede ser perfectamente porque no hubo conflictos familiares y todos dejaron seguir viviendo al sobreviviente en la misma casa, lo que a los ojos de un tercero puede hacer creer que esa persona heredó, pero no es así. También podría ocurrir que al momento de la muerte hubiera hijos menores, únicos herederos en éste caso, pero el concubino que quedó vivo administra la propiedad en su calidad de padre de los herederos, pero no de heredero él mismo.

– Entiendo…

– Aprovecho, dígame, sus hijos son mayores?

– Siii, ya tienen su vida hecho y todo. Estoy esperando ser abuelo, pero estos desgraciados se toman su tiempo

– Ja…

– Entonces, doctor, volviendo a lo nuestro, qué opciones tengo para que mi mujer no quede tan expuesta?

– Antes de responderle tengo que tener bien en claro dos cosas: primero necesito que me diga con la mayor precisión cuál es su patrimonio, y segundo, necesito saber con certeza cual es su voluntad; quien quiere que use o se quede con su patrimonio luego de su muerte

– Eso lo tengo claro! Quiero que mi casa la use mi mujer hasta su muerte y después pase a los chicos. Mi patrimonio es sencillo: tengo un departamentito y un autito

– Los dos a nombre suyo?

– Si

– Bien…

– Entonces, doc, qué opciones tengo?

– Bueno, la primera que se me viene a la cabeza es casarse

– Qué?…Ja!…Ni se me había cruzado por la cabeza. A Ud. no lo habrá enviado mi mujer, no? Me parece que esto es un complot entre ella, Eduardo y Ud.

– Ja, ja…Me acaba de dar una excelente idea. Seguramente ganaría más plata

– Entonces, si nos casamos, el departamento le queda a ella?

– No, le quedaría…

– La mitad, claro, porque estaríamos casados

– No, le quedaría un tercio porque…

– Cómo un tercio? Quien hace las leyes en éste país?

– Si me deja terminar le explico

– Perdón, soy todo oídos

– Cuando una persona se muere, para saber como se reparten las cosas hay que dividirlas en dos grupos: las gananciales, que son las que se compraron después del casamiento, y las propias, que son las que se compraron antes del casamiento o las que se recibieron durante el matrimonio gratis, como una herencia o una donación. De los gananciales, la mitad corresponde al viudo, en su calidad de dueño y no de heredero, y la otra mitad corresponde exclusivamente a los hijos. Subrayo exclusivamente porque el viudo no hereda sobra la mitad ganancial del muerto. En cambio, las cosas propias, las no gananciales, se reparten por partes iguales entre los hijos del muerto y el viudo. Me siguió?

– Perfectamente. Por eso un tercio. O sea que si yo hubiera tenido cinco hijos, a mi mujer le quedaba sólo la sexta parte del departamento?

– Exacto. Siempre que sea propio y no ganancial, por supuesto

– Claro. Si es ganancial es mitad cada uno sin importar la cantidad de hijos

– Exacto

– Qué lo parió! No tenía la menor idea de que fuera así

– No tiene por qué tenerla. De hecho, con lo que acaba de aprender sabe más que algún que otro abogado.

– Je…bueno…

– Lo veo pensativo

– Y…si, doc. Con una mano en el corazón, mi mujer es de fierro, pero no me convence casarme. No quisiera decirle la verdadera razón y no puedo hacer toda una farsa como si el casamiento fuera una decisión sentimental, cuando en realidad sería una decisión legal o económica. Además, no sé cómo se los diría a los chicos…Casarse a esta edad? “Qué te pasa, papá?”…no sabría como responderles: no puedo decirles la verdad ni soportaría ocultárselas. Eso para empezar, sin contar como encaro a mis amigos, familia, la plata, porque alguna fiesta habría que hacer…no se si me entiende, doc.

– Perdóneme, Marcelo, pero tengo la sensación que Ud. habla como a la defensiva, un poco dando explicaciones, un poco buscando mi aprobación o mi comprensión…Voy a serle claro: no estoy para juzgarlo y no me debe explicaciones ni a mí ni a nadie. Si no se quiere casar no lo haga y no se quede con ninguna culpa. Me parece bien que no se quiera casar y me parecería bien que se quiera casar. Y si algo no me pareciera bien, a Ud. le tendría que importar tres pepinos mi opinión. Yo lo ayudo con el aspecto legal y Ud. decidirá en el aspecto familiar y personal. Tampoco tiene que decidirlo hoy. Puede pensarlo tranquilo antes de decidir, así que relájese y no tema decir o hacer lo que siente.

– Le agradezco mucho, doctorazo…Ud. es abogado o psicólogo?

– Ja, ja…gracias

– Bueno, tenemos alguna otra alternativa?

– Una posibilidad es hacer un usufructo a favor de su mujer sobre la casa

– Algo me suena, tengo la sensación de que alguna vez lo pensamos y no me acuerdo por qué no lo hicimos. Cómo funciona la cosa?

– El usufructo es una figura jurídica que le permite a una persona que no es la dueña de la propiedad actuar casi como si fuera la dueña. Menos vender puede hacer casi cualquier cosa. Puede habitarla, puede alquilarla y cobrar los alquileres, puede hacer algunas reformas

– Pero el dueño es otro…

– Exacto

– Y en mi caso, si sigo siendo el dueño y mañana tengo una deuda grande y un acreedor me hace juicio, que pasa con el usufructo?

– Se mantiene. En un eventual remate el comprador debe respetarlo y a su mujer no la podrían sacar

– Ah, es bastante fuerte…

– Si, siempre que se trate de deudas posteriores, por supuesto. Para los acreedores anteriores al usufructo esto no vale.

– Lógico. Y cómo se hace el usufructo?

– Ante escribano. En una escritura pública que luego se inscribe en el Registro de la Propiedad, así que es muy seguro. Tienen que ir el dueño, en este caso Ud., y el usufructuario, en este caso su mujer, y listo

– Ajá…

– Lo veo pensativo de nuevo…

– Si. No sé muy bien como preguntar esto?

– Sin miedo, hombre! Todo lo que hablemos está protegido por el secreto profesional. Además en esta clase de tema un buen asesoramiento depende no sólo de las variantes jurídicas sino del conocimiento de la situación familiar y los deseos personales, incluyendo los que uno nunca comenta, y que son los más difíciles de mencionar

– Muy cierto. Estaba pensando dos cosas: primero, una propiedad con usufructo se puede vender?

– Jurídicamente sí, aunque en la práctica va a ser casi imposible, porque el comprador tiene que tolerar al usufructuario. A menos que tenga noventa años o esté en coma cuatro o la compre por dos pesos

– Es lo que imaginaba…

– Y en qué otra cosa pensaba?

– En si existe la posibilidad de dar marcha atrás en cualquier momento con el usufructo y suprimirlo

– En principio no. Unilateralmente y simplemente “porque sí”, sin causa alguna, no puede

– O sea que, y me siento terriblemente mal al decir esto, y le pido que no me interprete mal, pero de alguna manera quedo “preso” de mi mujer. Corríjame si no es así

– Exacto, no hay nada que corregir. Una vez más le recuerdo que yo no estoy para interpretar sus palabras o sentimientos, ni para juzgar sus conductas. Ud. debe sentirse completamente libre de tomar las decisiones que quiera respecto a su patrimonio, su familia, y, sobre todo respecto a Ud. mismo. Comprendo su molestia, que en mi opinión es producto de una sociedad extremadamente familiera, en la que todos nos creemos con obligaciones para con todos y todos nos metemos en la vida de todos. Paradójicamente, esta tremenda presión social es la semilla de todos los conflictos familiares. Suponemos que podemos complacer a nuestros padres, esposos e hijos simultáneamente, a la vez que los protegemos de nuestros acreedores sin defraudarlos y todo eso debe ser compatible con nuestros más íntimos sentimientos y al mismo tiempo todo dentro de la ley. Imposible. Decida lo que decida, aunque no decida nada, alguien va a quedar disconforme. Si no es su mujer, serán sus hijos, o alguno de ellos, o sus acreedores o, en definitiva, Ud. mismo, así que no tenga miedo de preguntar y disculpe esta pseudo clase sociológica

– No, no, al contrario. Me sirve mucho para…

– Perdón, pero ya que estoy embalado y con esto no lo molesto más, no quisiera olvidarme de un concepto que para mí es clave: estamos hablando de “su” patrimonio, “su” familia, “sus” sentimientos y en definitiva, “su” vida. Nuestra sociedad nos presiona para que pensemos siempre en los demás: papá, mamá, mi esposo, mi esposa, los chicos, mis hermanos, y nunca pensamos en nosotros mismos. Ahora Marcelo, piense en lo que “Ud.” siente, expréselo libremente y actúe en consecuencia!

– Gracias, doctor. Con este empujoncito me convenció de no hacer el usufructo. Quiero sentir libertad sobre mi departamento.

– Me parece excelente. Hay una variante interesante de esto que hablamos: Ud. podría dejar un testamento en el que impone el usufructo sobre el departamento a favor de su mujer, pero para después de su muerte

– Cómo, cómo, cómo?

– Ja! Raro, no?

– Si, cómo sería?

– Ud. hace un testamento en el que expresa su voluntad de que se constituya un usufructo sobre la casa a favor de su mujer sin alterar los porcentajes de sus hijos

– Y el día de mañana ella podría vender el usufructo?

– No. El usufructo no se puede vender

– O sea que ella no podría hacerse de efectivo.

– Exacto. Sólo se garantizaría poder seguir viviendo de por vida

– Le hago una pregunta que parece que no tiene que ver, pero creo que me acordé ahora la razón por la que no hicimos un usufructo antes: una propiedad con usufructo es aceptable como garantía de un alquiler?

– Y…no. Por lo que le decía hoy, es muy difícil de rematar a un precio mínimamente razonable, con lo cual el dueño casi no tiene garantía en caso de que el inquilino no le pague; pero, a qué viene esto?

– A que mis dos hijos todavía alquilan y la única garantía que tienen somos nosotros. Casi cada año, entre los dos, nos piden la casa de garantía para renovar los contratos. Por eso es que queremos la casa “limpia” y por eso fue que no hicimos nada nunca

– Ah… entiendo

– Por eso, si yo le dejara el usufructo por testamento estamos en la misma, no?

– Y…si

– Entonces mejor descartar esta opción. Una última duda, doc: si yo le hubiera dejado el usufructo por testamento, los chicos no podrían hacer ningún reclamo? Imagínese que mi mujer vive treinta años mas, no es lo mismo recibir una propiedad ahora, sin que puedan habitarla ni venderla ni alquilarla, que recibirla en treinta años, no?

– Tiene razón. Acaba de encontrar una excelente muestra de las incoherencias que genera una legislación excesivamente intervencionista y familiera como la nuestra. Muy buena observación y la verdad es que el riesgo existiría, ya que no existe una respuesta jurídica definitiva a esa cuestión

– Más razón para descartar la alternativa. Se le ocurre alguna que elimine toda posibilidad de conflicto?

-Eso imposible. No me haga filosofar de nuevo, pero le recuerdo que los conflictos hacen a la naturaleza humana. Si a eso le sumamos nuestra enmarañada legislación, las relaciones familiares y la seducción que ejerce la plata, ni hablar.

– Está bien, no se me enoje!

– No me enojo, sólo reitero una cuestión que por lo que veo es difícil de entender, pero yendo a su pregunta, está la opción de dejarle una parte de su departamento por testamento

– Por qué “una parte”?

– Porque según nuestra ley hay ciertos herederos que tienen una porción del patrimonio asegurada, y que no pueden ser desplazados. Nosotros no tenemos el sistema que vemos en las películas yanquis, en las que cualquiera le puede dejar todo a cualquiera y por ahí alguien le deja un millón a la amante y nada a los hijos. En Argentina, en el caso en que hay hijos, como el suyo, reciben sí o sí, y como mínimo, el ochenta por ciento. Se puede hacer un testamento dejando el otro veinte por ciento a quien uno quiera, incluyendo a uno de sus propios hijos por sobre los demás

– O sea que no le puedo dejar más del 20 % del departamento?

– Para ser precisos le puede dejar el 20 % de su patrimonio, lo que incluye el departamento, las cosas de valor que hay adentro, el auto, el efectivo que pueda haber dejado y cualquier otras cosa que pueda haber

– No se crea que hay mucho más, eh

– Está bien, pero la aclaración es muy importante porque las cuentas se hacen considerando el patrimonio al momento de la muerte y no al momento de hacerse el testamento, y cuanto más viva Ud. más posibilidades hay de que su patrimonio se modifique. Por otro lado, Ud. puede indicar en el mismo testamento la forma en que desea que se haya el reparto, siempre que no se afecten los porcentajes mínimos por supuesto

– No entiendo muy bien.

– Por ejemplo Ud. podría ordenar en el testamento que el auto, ciertas cosas de valor y algo de efectivo queden completamente para los chicos, de manera de incrementar la parte de su mujer en el departamento. Supongamos que su departamento vale, por decir algo, cien mil pesos, y que entre el auto y el efectivo hay veinte mil pesos más. El patrimonio total será de ciento veinte mil pesos, por lo que el veinte por ciento que le tocaría a su mujer serían veinticuatro mil pesos, equivalentes al 24 y no el 20 por ciento del departamento. No es una diferencia muy grande, pero en el testamento son un par de renglones, el precio es el mismo y todo sirve

– Bien. Para simplificar, y no marearme, supongamos que le dejo el 20% del departamento en el testamento, después de mi muerte esa parte le queda directamente a nombre de ella?

– Claro. Se hace la sucesión y luego se inscribe la propiedad a nombre de los nuevos titulares y en las porciones que le corresponda. En este caso hipotético, el departamento quedaría con tres dueños: cada uno de sus hijos tendría el cuarenta por ciento, completando el ochenta del que le hablaba hoy, y su mujer tendría el veinte restante

– Le repito la pregunta que le hice hace un ratito. En el caso de yo hiciera esto, mi esposa podría vender su parte, en éste caso el veinte por ciento?

– Perfectamente. Una vez más le aclaro que en la práctica va a ser un poco más difícil conseguir un comprador de una parte, pero jurídicamente no hay ningún problema

– Y si los chicos no le dieran su consentimiento?

– No es necesario el consentimiento de los demás. Cuando una propiedad tiene más de un dueño, lo que se llama “condominio”, cada uno puede vender libremente su parte sin pedirle permiso a los demás; más aún, ni siquiera le debe dar preferencia

– Cuantas cosas que no sabemos, eh!

– La pucha…Sumadas a las que no sabemos que no sabemos, no sabemos nada, como dijo este muchacho Sócrates

– Como le gusta filosofar, doc, eh!

– Para matizar un poco…además a veces me sirve para engañar un poco y hacerle creer a la gente que sé algo

– Ja! Dígame, para cerrar la otra duda que tengo, en ésta hipótesis que estamos hablando, mientras todos se lleven bien, el departamento es aceptable como garantía para alquileres aunque tenga más de un dueño?

– Perfectamente. Firman todos y listo

– Muy bien! Lo único que no me convence es la poca plata que le puede quedar a Ale en caso de conflicto. Con el 20 % del departamento no se compra nada

– En eso tiene razón, pero no me parece el enfoque adecuado. Lo que importa acá es que no hay opción. En nuestra profesión vemos muchísima gente que por no aceptar poco se queda sin nada. En cualquier caso, ese 20 % es mejor que nada

– Cierto… “Por no aceptar poco se queda sin nada”…está bien la frase, eh!

– Además le recuerdo que puede sumarse con algún otro patrimonio posterior

– Cuál? Si lo único que tenemos es lo que le conté

– Sus padres viven?

– Mi vieja; mi viejo murió hace años, por?

– Tiene algo su madre?

– Además de una memoria infernal, tiene el departamentito en el que vive

– Ahí está! Cuantos hermanos tiene Ud.?

– Uno, pero no entiendo a que apunta

– A que el día que muera su madre, Ud. va a recibir su mitad del departamentito de ella, y de ahí, el 20 % va a ser de Alejandra, siempre que se decida a hacer el testamento y se muera antes

– Aaaaaah, entiendo. Está bien. Todo suma. Si a Ale le queda el 20 % de nuestro departamento, que puede ser el veintipico por ciento si le dejo el auto a los chicos, más el diez por ciento del departamento de mi vieja, que es mi 20 por ciento de la mitad, la cosa va teniendo color

– A eso apuntaba

– Estoy casi decidido, pero tengo una última pregunta: después de hacer un testamento, puedo arrepentirme y dar marcha atrás?

– Absolutamente! El testamento se puede revocar en cualquier momento las veces que Ud. quiera y de forma muy simple y rápida

– Listo! Decidido! Me convenció, doc! Vamos a hacerlo! Cuando lo puede tener listo?

– Necesito los datos de la propiedad, de sus hijos y de su mujer y tres testigos que tienen que firmar el testamento en la escribanía. Cuando los tenga combino con el escribano y le aviso, pero de todos modos si me espera un cachito, le muestro como va a quedar mas o menos la cláusula

– A ver…

– Acá la tengo. Queda redactada como si lo hubiera escrito el escribano, así que después de las formalidades del encabezamiento, donde dice la ciudad, la fecha, los datos suyos y de los testigos, quedaría más o menos así:

 

“Que en pleno uso de sus facultades mentales (Ud.) instituye heredera a Alejandra por toda la porción disponible que permita la ley sobre su patrimonio, por haber sido su leal compañera de vida y madre de sus hijos. Expresa su voluntad de que la porción que le resulte adjudicada se compute totalmente sobre la propiedad ubicada en calle…., debiendo asignarse el resto de los bienes a sus hijos, Sebastián y Agustina. A efectos de interpretar el presente testamento, el compareciente manifiesta expresamente su intención de que se tomen las medidas necesarias para que a Alejandra se le atribuya la mayor parte posible del patrimonio, como así también de que se le garantice, en la medida de lo jurídicamente posible, la posibilidad de vivir en el mencionado departamento”

 

– Muy bien, pero tengo una duda: por qué no dice expresamente el 20 %?

– Por si en el futuro hay alguna reforma legislativa que incremente el porcentaje, de manera que le pueda quedar más

– Muy bien! La piensan todas, eh! Y si pasa al revés? Si se reduce ese porcentaje?

– En primer lugar, sin ningún fundamento racional y basado sólo en mi intuición, le digo que creo casi imposible que eso pase. Sin embargo, si pasara, no hay mucho que podamos hacer al respecto, y así su testamento quedaría plenamente vigente y su mujer recibiría lo que la ley permita en ese momento

– Impecable! Mañana le paso todos los datos y dele para adelante

– Muy bien

– Un gustazo, y hasta luego

– Encantado y nos vemos

 

Así se fue Marcelo con una mezcla de sensaciones muy rara y hasta medio loca, pero muy distinta a la anterior. Había desaparecido su incertidumbre. Se sentía levemente molesto por haber estado tan seguro de conocer la ley y haber arriesgado tanto a Alejandra, pero un creciente orgullo por haber hecho lo correcto iba desplazando esa molestia. Dentro de lo que permitía la ley, las cosas le habían cerrado. No era lo ideal, pero era mucho mejor que si no hacía nada. Por un lado, se aseguraba libertad para hacer él mismo lo que quiera con su departamento mientras viviera, algo en lo que no quería pensar mucho porque lo hacía sentir culposamente egoísta. Por otro lado, se había asegurado que a su compañera de toda la vida le tocara “algo”. No gran cosa, pero en caso de algún conflicto sería de mucha ayuda. Y en todo caso, si por alguna razón no fuera suficiente, ella entendería que él había hecho todo lo posible. Y los chicos también. O eso quería pensar, por lo que no avanzaba en otra hipótesis que no fuera la ausencia total de conflicto, aunque fuera consciente de la ingenuidad que eso significaba. Prefería pensar que no habría ningún problema, en cuyo caso el testamento no cambiaría nada y el sólo habría perdido unos pesos. Si. Seguro. Eso es lo que pasaría en su hermosa familia. Y todo gracias a su gran amigo Eduardo. Debía llamarlo de inmediato para agradecerle desde lo más profundo su auténtica preocupación y su sabio consejo. Debía decirle también que le había hecho caso, así no era el único orgulloso. Una y otra vez le daba vueltas por la cabeza la gran ignorancia en la que había vivido y los conflictos que pudo prevenir. Lo consolaba pensar que mucha gente estaba en su lugar. Ignorando las leyes y exponiendo a sus seres más queridos. Más aún, no estaban como él, estaban peor. Y los divorciados? Y los que tienen hijos de más de una pareja? Y los separados de hecho? No quería “embalarse”, pero se iba convenciendo que no era mucha gente. Debían ser todos. Quién hace testamento? Quien pensó alguna vez que pasaría después de su muerte? Quién iba a un abogado como había ido él? Nadie. O casi. Definitivamente, esto era todo un tema.

Un súbito recuerdo interrumpió las reflexiones en las que estaba tan enfrascado: Dónde podría comprar un buen vino?

22 respuestas to “El «bobo» de Marcelo”

  1. Rubén Says:

    Hola Ramiro:
    Abogado y ultimamente escritor de cuetos jurídicos.
    Esperando cada semana para entretenerme con tus relatos y de refilón aprendo cada cosa, y luego me hago el canchero con mis amigos de acá y on-line.
    Un abrazo. Rubén.

  2. René Larrea Says:

    Excelente la triste claridad con la que se reflejan en el cuento los niveles de intromisión de la ley en mi vida pasada, presente y futura y en mi muerte.

  3. Rubén Says:

    Sr. René Larrea.
    Felicitaciones por su comentario y la palabra «triste» es la expresión exacta.

  4. patricia Says:

    dr Rech pregunta …es muy parecido a mi caso mi mama tiene la casa a su nombre porq estaba en pareja con mi padre, yo tengo un hermano mayor, quiero saber si a la muerte de mi madre podremos heredar sin problemas , tenemos el apellido de mi padre……………………………………………………… otra pregunta mi suegro tiene 3 hijos legitimos y un hijo ilegitimo los 3 primeros son con su ex esposa divorciado de ella y estos 3 tienen el apellido de el….el otro hijo tiene el apellido de otro padre pero es de dominio publico q es de el, ahora el hizo un testamento donde le deja todos sus bienes a los legitimos, a su muerte si reclama el otro hijo le corresponderia algo aunq se haga un ADN y aunq haya un testamento ya hecho?

  5. Nelida Says:

    Claro como el agua Dr Rech, gracias por la lección magistral. Los cuentos son para leerlos, disfrutarlos, celebrar al autor y además el lector tiene la omnipotencia de imaginarles un final distinto. El echo de ser mujer me deja con un sabor amargo ese tal Marcelo. Si fué feliz con su esposa durante 32 años, todabía la ama dado que se preocupa por lo que le pueda acaecer a su muerte ¿ Porqué no se casa y simplifica? Ja…ja…Muy bueno Dr. como siempre. atte.

  6. susana Says:

    hola muy bueno el cuento ciertamente no lo sabia, esto me hace que le pregunte una curiosidad, mi tio hermano de mi mama fallecida, cuya esposa tambien murio, y ahora mi tio vive en pareja hace 10 años, si el fallece quien hereda su casa, los unicos sobrinos directos somos mi hermana y yo, y no tuvieron ni tiene hijos, la casa ya la tenia antes de vivir con esta señora. hojala pueda responderme esta duda. muchas gracias.

  7. MONICA Says:

    Me surge una pregunta, la esposa no es también dueña del bien?, o sea que si se muere ella primero, hizo todo al cohete, el que se queda en la lona va a ser él. Esas cosas no se hacen sin consultar al otro, que clase de familia tenía este tipo si no hablaba con su mujer de la mejor solución. Como buena contadora que soy lo mas barato en este caso es lo mejor, te casas en privado, sin que se entere nadie, se guarda una copia del certificado cada uno, y lo demás que se la banquen, no te sale un mango y estas a resguardo.

    • Salykalyl Says:

      Monica, no sé si es pq tb soy contadora, O SIMPLEMENTE PQ SOY MUJER, pero me parece que para nos. es la mejor opciòn!. Al final del cuento somos las que más cargamos con esto tan hermoso llamado «FAMILIA».

  8. marcos Says:

    Dr,…parece que ese cuento,esta inspirado en mi,…cambia el nombre del protagonista,…nada mas.Tengo que verlo sin falta.

  9. ANA MARÍA MERA Says:

    UNA MUY BUENA MANERA DE ASESORARNOS Y ENTRETENERNOS A LA VEZ. ME HAS DADO UNA BUENA IDEA CON EL USUFRUCTO POR TESTAMENTO, YA QUE ES SEGURO Y NO GENERA GASTOS AL MOMENTO. MIS SALUDOS.

  10. José Luis Says:

    Ramiro: Muchas gracias por tu información hecha un cuento. Realmente no tiene desperdicio, me da gusto aprender de esta manera temas jurídicos
    Hoy tengo una noción sobre los derechos de concubinos sobre bienes, como también en que caso se puede hacer un usufructo por testamento, mas bienes gananciales y propios después del casamiento, y lo mejor, el 20 % por testamento.
    Felicito a tu personaje Marcelo por esta última decisión.
    Un abrazo y hasta el próximo

  11. Raul Says:

    Una clase de derecho y una vision personal a la vez, pero con todo respeto doctor no se olvide que nuestro pais tiene otra ideologia de la familia,otra forma de ver y de sentir, la herencia es el esfuerzo de los padres que durante años se esfuerzan por ellos y para dejarles algo que se transmita a sus herederos mas alla si fueron buenos hijos o no, de cualquier manera nuestro c.c. contiene las causales de desheredacion, es solo una opinion. Usted tendria que ser profesor de la facultad de derecho.

  12. Raul E Belletti Says:

    MUY BUENO,ME GUSTO MUCHO SERA HASTA EL ROXIMO

  13. Celia Says:

    ¡¡Muy instructivo!!!
    Deberían leerlo comentaristas de TV. Con total desparpajo reiteran el comentario de que luego de los 5 años de concubinato se adquieren los mismo derechos que otorga el casamiento. …
    Asiduamente hay alguna separación que informar y comentar, lo que permite reiterar este concepto equívoco.

    Dr., edite un librillo con estos cuentos, así nos permitirá tenerlos siempre a mano….. y de paso proteje sus derechos de autor… ja, jaaa

  14. fernando Says:

    con este cuento seria mucho mas facil aprobar sucesiones que con los libross!!!

  15. matt Says:

    excelente, bien claro, muy bien explicado, para los q cursamos derecho d familia y sucesiones; narrado en forma de cuento subyace una magistral explicacion de determinadas cuestiones referidas a la sucesiones, facil de comprender y con ejemplos bien practicos.

  16. claudia Says:

    muy bueno!!!! aclaró muchas dudas obviamente.Les cuento después de 5 años de noviazgo quedé embarazada y mi mamá nos hizo casar de prepo,hoy llevamos 15 años de casados.Mi vieja no sabe mucho de leyes pero siempre fue muy precavida.Después de leer el cuento no me queda otra que decir: gracias Ma!!!! y a usted doc siga con los cuentos que enseñan muchisimo!!

  17. Leandro Says:

    Increibles redacciones y explicaciones. Entre de casualidad a leer un tema especifico tratada en este blog y me colqué horas leyendo distintos temas. Un genio

  18. ANTONIO GARCIA Says:

    Doctor
    Es ud un increible narrador de todo lo que sucede en nuestra familia.
    En mi caso, estoy casado y tengo dos hijas mayores de edad y la casa es una donacion de mi padre hacia mi. ¿ puedo hacerle a mi esposa un usufructo post mortem ?. Ademas tengo otras propiedades como bienes gananciales. ¿ puedo dejarle a mi esposa con un testamento el 20% de esas propiedades a ella
    Muchas gracias
    Es un placer leer sus notas.
    Antonio

  19. Esteban Genaizir Says:

    Cuantas cosas que no sabemos, eh!
    La pucha…Sumadas a las que no sabemos que no sabemos, no sabemos nada, como dijo este muchacho Sócrates

    GRACIAS por mostrarnos nuestra ignorancia y poder ver las cosas que no sabemos con mas claridad.
    Esteban

  20. Roque Says:

    Excelente manera de enseñar. Su didáctica Doctor resulta un paramo para el lego.

  21. Norma Says:

    Desde España mis felicitaciones por este blog tan fascinante y a la vez instructivo.Yo tambien estoy hace ya muchas horas leyendo posts antiguos y nuevos en su blog , solo entre hace unos meses y hoy para aclarar unas dudas sobre una carta documento.
    Tengo la impresion que me comunicare con Ud. muy pronto para que me asesore (solo que es para capital) pero intuyo que debo verlo en un futuro muy proximo.Me ha convencido por la forma que encara su profesion, se puede apreciar que la ama. (y yo amo la justicia )Gracias y hasta pronto.Ojala hoy «18/4/2013 «algunas cosas cambien en Argentina,y se haga justicia,para respirar mejor y poder verla resurgir en paz .

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